El último vuelo, de Patricia Cabrera: Conversación con Elpidia García

Por María Rascón

Fotografía de Omar Morales

«Las nubes se mueven muy rápido, pero

siguen siendo hermosas. Mis hijos,

estén tranquilos. No tengo miedo de

morir. Los aviones se caen, pero la vida

sigue. Dios es bueno. No pierdan la fe.»

1. El último vuelo es un plaquette que rinde homenaje a la vida, trabajo y compromiso de Patricia Cabrera. Incluye diecisiete relatos escritos entre 2019 y 2020, mientras participaba en el Taller ¡Viva la Vida!, coordinado por usted y dirigido a trabajadoras de la maquila. En la introducción se le describe como una mujer que sentía un profundo amor por la literatura y se esforzaba por fomentar la cultura en su entorno laboral, un hecho sin precedentes, pues no es común que en estas empresas se preocupen por la sensibilidad de los trabajadores. Como amiga suya, ¿podría contarnos un poco más acerca de la relación que había entre ustedes, de la personalidad de Cabrera y su amor por el arte y las letras?

Teníamos una relación muy cordial desde el 2013, cuando me invitó a participar en un encuentro de escritores que ella coordinaba en las maquiladoras DELPHI. Yo sabía de ella por el libro El silencio que la voz de todas quiebra, que escribió con otras escritoras, la mayoría locales. Desde esa ocasión coincidimos varias veces cuando me volvió a invitar a leer en la maquiladora, a presentar mis libros y a ofrecer algún taller de escritura para los trabajadores. Me di cuenta de que era muy entusiasta para animar a la gente a leer y a escribir historias. Convivimos más cuando di un taller cada sábado, a lo largo del 2018, en las instalaciones de su empresa. En ese año, planeamos un proyecto de libro, una antología con los relatos de los trabajadores, y hasta empezamos a juntar dinero para concretarlo. Con su partida, el proyecto quedó inconcluso.

Su personalidad era afable y siempre tenía una sonrisa al encontrarnos; era solidaria y altruista. En una ocasión la vi llorar de indignación por el acoso laboral que sufría una trabajadora; muy cariñosa con su familia; incansable, pues siempre estaba trabajando en diferentes proyectos, del tipo de personas que sientes que conoces de toda la vida, que quieres imitar por su entrega y dedicación. Por el confinamiento y su repentina muerte, no llegamos a entablar una amistad más cercana, pero estoy segura de que hubiéramos sido muy buenas amigas, ya que nos movían intereses comunes.

2. También en la introducción de El último vuelo nos enteramos bajo qué contexto escribió Patricia Cabrera el relato que da nombre a todo el plaquette. La premisa que trabajaron en ese momento fue: ¿Qué escribiríamos antes de ocurrir un acontecimiento imprevisto en el que nuestra vida está en riesgo? Como usted misma señala, con la partida prematura de Cabrera, el relato adquiere una relevancia asombrosa, afirmación con la que estoy totalmente de acuerdo. ¿Hay alguna anécdota semejante que pueda contarnos sobre el proceso de escritura de otras de sus historias?

Sí, en otro de los textos incluidos en la plaquette: La herencia, surgió del ejercicio que propuse en esa ocasión al grupo: escribir un relato en el que la historia girara alrededor de un objeto, un objeto que tuviera un significado emocional que, al verlo, les hiciera recordar algún momento importante de sus vidas. En La herencia, Paty escribió sobre un juego de té heredado por su abuela que guardaba en el trastero como un tesoro. En el desenlace, ella lo hereda a su nieto, Matías.

3. Aunque usted hace hincapié en que los relatos no conservan una unidad temática, se nota que han sido organizados de acuerdo con otras particularidades. El plaquette comienza con “El último vuelo”, la historia que produce en el lector el efecto más intenso, y concluye con una frase perteneciente a la historia número diecisiete, “La herencia”, que pone atinadamente el punto final a la compilación: “El ciclo había concluido”. Me interesa conocer algunos aspectos sobre este proceso de selección y reorganización, ¿hubo historias que se quedaran fuera?, ¿en qué estado se encontraban los manuscritos?, ¿son autógrafos, electrónicos…?

El ordenamiento de los textos fue intencional, claro. Los textos incluidos son todos los que Paty me envió por correo electrónico a lo largo de cerca de un año de taller. Hay que recordar que ella tenía un puesto de gran responsabilidad en su empresa, pues era Gerente de Comunicación Interna de varias plantas ensambladoras, además de una familia y proyectos personales en los que estaba inmersa, eso le dejaba poco tiempo para escribir, pero aun así, hacía lo posible por llevar un texto nuevo a las sesiones del taller. Pienso que es muy probable que haya más textos en los archivos que dejó en su computadora personal, sería importante que su familia pudiera recuperarlos.

4. Como otras autoras fronterizas, Cabrera perteneció a “S” Taller de Narrativa, del que surgiría El Silencio que la Voz de Todas Quiebra / Mujeres y Víctimas de Ciudad Juárez, un libro que buscaba superponer la verdad ante los mitos difundidos por las autoridades para ensuciar la memoria de las mujeres asesinadas. En palabras de Cabrera participar en ese libro marcó y delineó lo que sería su enfoque de escritura. ¿De qué manera considera usted que ese enfoque salió a relucir no sólo en El último vuelo, sino en las sesiones de trabajo en el Taller?

Te doy un ejemplo: en una ocasión, me avisó que una de las alumnas del taller, empleada de la empresa, había sido despedida y se le había prohibido asistir como externa a las sesiones. Según me contó, el despido fue porque ella denunció acoso sexual de un superior. Con toda firmeza, Paty consideró que todas debíamos solidarizarnos y cancelar el taller, si ella no podía tomarlo, que ninguna de las demás lo hiciéramos. Le propuse conseguir otro espacio, y en eso estábamos cuando, por el confinamiento, no pudimos continuar de manera presencial. Siempre tuvo esa congruencia con sus ideales, tanto en su discurso, como en su conducta. 

5. Patricia Cabrera también formó parte de un taller de autobiografía encabezado por Carmen Amato, con la finalidad de escribir la biografía de su madre para obsequiársela en su octogésimo cumpleaños, Socorro, Memorias de fuerza y dignidad (2019). Para alguien interesado en el estudio de la obra y vida de Cabrera sería importante saber si es posible acceder a dicha biografía.

Ella me dijo que imprimió un número limitado de ejemplares que entregó a sus familiares en la fiesta de cumpleaños de su madre. Es posible que alguno de ellos pueda ya sea ceder un ejemplar, o fotocopiarlo para quien tenga interés en tenerlo. 

6. Finalmente, su fallecimiento repentino interrumpió el proyecto de un libro en el que pensaba trabajar, ¿los relatos de El último vuelo formarían parte del mismo?

Sí, claro que sí, el proyecto de la antología del taller que coordiné gracias a la Secretaría de Cultura Chihuahua y a la gestión de Paty Cabrera en la empresa APTIV, se encuentra en espera. Los recursos que ofreció Secretaría de Cultura Chihuahua para la edición del libro se frenaron con el confinamiento. El libro se titularía Tintas que tientan. Espero retomar el proyecto de edición y publicación cuando podamos volver a una cierta normalidad.

Si es de su interés, la plaquette está disponible con Elpidia García. Pueden contactarla a través de su cuenta de Facebook.