🌈Juárez necesita salir del clóset: Entrevista a Tomás Flórez sobre Dulcinea, casa cultural LGBTQ+

¿Qué es lo que hace a este lugar tan atractivo para la comunidad? Conocí a Tomás durante la última fiesta que hubo en Dulcinea antes de que iniciara la cuarentena. Allí estaban el actor Abraxas Trías y la actriz Laura Galindo; el escritor Alan Posada, miembros del conjunto musical Aitanire, nuestra querida fotógrafa Valeria Tolentino, los organizadores del Encuentro Nacional de Escritores Jóvenes Jesús Gardea y las hijas de su maquilera madre, colectiva de mujeres feministas que recordaban a la pintora Isabel Cabanillas, asesinada hacía apenas unos meses… #IsaVive #JusticiaparaIsabelCabanillas

¿Quiénes son los fundadores de la casa cultural LGBTQ+ Dulcinea?

Dulcinea se conformó porque cuatro amigos nos reunimos: Job Acevedo, arquitecto; Ernesto Sáenz, profesor de primaria; Humberto Morales, fotógrafo; y yo, Tomás Flórez, trabajador social. Ellos querían hacer un espacio cultural, en realidad llegué al final de la propuesta. Un referente fue Centrox16, pero dirigido no sólo a las mujeres sino particularmente a la diversidad sexual. Por mi parte quería hacer que Juárez hablara de cosas que no habla, transgredir con el cuerpo y expresar las identidades que todavía no se expresan para generar polémica y transgresión.

¿Cuál es la historia detrás del nombre Dulcinea?

Nosotros pensamos qué nombre ponerle que suene joto, que suene gay, que suene marica. Se llamó Dulcinea porque, además, estamos en la plaza cervantina. Hay un bar gay muy cerca que se llama Rocinante. Deseamos hacer que la gente venga más al centro y, de alguna manera, rescatar el patrimonio cultural.

En Dulcinea tenemos tres propuestas: la primera es poner a circular el arte, las expresiones culturales propias de personas LGBTQ+ o el arte y la cultura que tenga que ver con la diversidad sexual. En segundo lugar, nos interesa construir comunidad alrededor de nuestra disidencia sexual y de género. Finalmente, buscamos rescatar la zona del centro donde hay varios bares gay.

Nos motiva la necesidad que tiene Juárez de salir del closet. Yo creo que es una ciudad sexualmente muy abierta, hay unas descripciones que la definen como Las Vegas de México. Sin embargo, hay un ambiente de doble moral, de mojigatería. Tenemos a Juan Gabriel en un mural súper grande en la Juárez pero nos escandalizamos si vemos dos chicos besándose o a una persona trans. Los desnudos, el bodypainting, son manifestaciones que únicamente pueden darse en lugares como estos, donde se plantea la perversión, la transgresión. Queremos poner el sexo en la boca de la gente.

Instagram: @dulcinea223

¿Cuáles son algunas de las dificultades a las que han tenido que hacer frente?

Todo esto requiere inicialmente de un trabajo político, porque hablamos de la sexualidad y los géneros. Tenemos que hacerlo con delicadeza, siendo críticos y responsables de lo que hacemos. Esta reflexión es compleja en la medida en que debemos cuestionarnos muchos puntos y responder de manera acertada. Como es un tema muy amplio, hay bastante trabajo por hacer y como empezamos hace menos de un año tal vez nos queda mucho por plantearnos.

Sería bueno que muchas otras manos colaboradoras se unieran a este proyecto. Algo que no hemos sabido enfocar es atraer las producciones artísticas que vengan de la periferia, la marginalidad, lo escondido, lo oculto. ¿Dónde están las mujeres lesbianas que hacen paste up, las personas homosexuales que escriben literatura? Nuestra tarea es rescatar las expresiones artísticas de lo que no se ve.

Háblame un poco acerca de la elección del lugar…

Fue circunstancial, todo nos llevo aquí. Antes había un proyecto llamado Punta de lanza que  presentaba en esta casa una obra titulada “Porfavor, cierra la puerta, gracias”. Humberto Morales participaba en ella y pensó que le gustaría implementar un tipo de proyecto en el lugar, un espacio cultural dirigido a la diversidad sexual.

Preguntamos si había oportunidad de rentar este espacio y lo restauramos, mejor dicho, lo transformamos. Tiene que ver con que sea un espacio LGBTQ+, lindo, colorido; esto de la cuestión estética de lo lindo, lo brillante y las lentejuelas es parte de lo gay, de lo marica, de lo joto. Fue entonces cuando le pusimos nuestro sello, porque este lugar no se veía como se ve ahora.

Instagram: @dulcinea223

¿Qué tipo de personas frecuentan esta casa cultural?

En su mayoría vienen muchos chicos gays, chicas lesbianas y heterosexuales, mucha comunidad feminista… vienen personas curiosas por saber qué hay en este espacio, donde se mezcla el arte, la cultura y la sexualidad. Nosotros quisiéramos que viniera todo el mundo. Creo que otra dificultad es poder abarcar a un gran sector de la población, porque Juárez está sectorizada. La gente que vive en Las Torres no viene para acá, y viceversa.

Es un reto tener una asistencia diversificada. Quienes vienen suelen ser personas que están cerca geográficamente, pero quisiéramos convocar al sur, al oriente y poniente. Tenemos la desventaja de que estamos en el centro, pero uno de nuestros objetivos es que la gente empiece a pasar por la Plaza Cervantina, crear una red con quienes están acá, con los compañeros del Edificio de los Sueños, con nuestros vecinos y vecinas, para que no sea un lugar de peligro, sino todo lo contrario.

Disfruté mucho su biblioteca, las fotografías, ¿qué puedes contarnos sobre la estética del lugar?

Nuestra intención era transformar el espacio. La estética de lo lindo es cuestionable, se parte mucho de lo gay, del cliché de que los gay siempre están a la moda o que los shows drags son brillantes y coloridos. Nuestra biblioteca está conformada por autores que pertenecen a la diversidad sexual, como Federico García Lorca. Tenemos literatura académica también, textos de Michel Foucault y Judith Butler.

Tenemos un kamasutra gay que nos sirve para revisar las ironías, cómo de alguna manera esto de ser gay ha querido configurarse en una sola cosa y no es así. En este kamasutra aparecen seis tipos de homosexuales y ninguno de los que hay acá encajan en esa clasificación. Las fotos son igualmente un tributo a estos seres que tienen que ver con el arte, el entretenimiento, la academia. El salón rojo tiene que ver con lo sexual y lo promiscuo. Cuando la gente penetra a ese salón empieza a explorarse; se ponen los arneses, los collares, las esposas y esa era la idea. Creo que una de las palabras que definen a Dulcinea es la provocación. Los desnudos se dan porque es un lugar seguro para hacerlo. Queremos que esto no quede encerrado, que la gente lo empiece a decir, que les disguste.

Finalmente, quisiera saber cómo están pasándola durante la cuarentena…

Primeramente, tristes. No quiero que a esta frase se reduzca nuestro quehacer político, pero Dulcinea es como una casa de muñecas donde tenemos fiestas, exposiciones de arte, performance, cine, teatro. Nuestro funcionar tradicional, con el que iniciamos, porque no teníamos mucho tiempo, se cancela. Ya no puedes jugar a lo que pretendías jugar. Por otro lado, está representando un reto para nosotros, ¿qué estrategias debemos plantear para que podamos seguir teniendo un impacto social? Que nos gusta la aglomeración, el contacto físico, ¡claro que sí! Que ahora no podemos hacerlo y que criticamos las medidas de distanciamento, sí, pero no podemos quedarnos ahí.

También se trata de autosostenernos. Planeamos llevar a cabo una recolección de objetos de arte y decoración, etcétera, para realizar un evento de subasta. Vamos a implementar la convocatoria para donación la próxima semana, permanecerá abierta un mes y después vamos a promocionar los objetos unos quince días, tres semanas, antes de llevar a cabo la subasta.

Nos gustaría que la gente venga y haga montajes de dj set o lecturas en vivo en Dulcinea. Antes de que empezara la cuarentena teníamos otros dos eventos planeados y se cancelaron. Nuestra intención es que la gente se apropie del lugar, que no sea el espacio de estos chicos que hacen lo que ellos quieren, sino que sea plural.

Para estar al pendiente de todos los eventos realizados por esta maravillosa casa cultural te invitamos a seguir todas sus redes sociales: @dulcinea223, en Instagram, y https://www.facebook.com/dulcinea223/

Publicado por

María Rascón

Escritora, investigadora literaria. Licenciada en Literatura Hispanomexicana (UACJ-UNAM) y diplomada en Literatura Mexicana del Siglo XX, Literatura Europea Contemporánea y Literaturas Mexicanas en Lenguas Indígenas por el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura. Miembro de la clase de becarios Fulbright-García Robles 2023.

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